martes, 17 de abril de 2012

UNIDAD 1- LA POESÍA, DEL ROMANTICISMO A LA CONTEMPORANEIDAD.


SIMBOLISMO- (de acuerdo a los autores BULA PÍRIZ, Roberto y MIRZA, Rogelio)

Símbolo (del griego: poner junto).
Los hechos son manifestaciones variadas de grandes fuerzas eternas, que solo pueden intuirse.
“El poeta sabe tocar a su gusto las potencias secretas de nuestra alma, y con la ayuda de los vocablos nos revela todo un mundo desconocido y grandioso.”
El simbolismo aproximó la POESÍA a la MÚSICA. “LA MÚSICA SIN IDEA ES SIMPLEMENTE MÚSICA, LA IDEA SIN MÚSICA ES LA PROSA”, decía Poe.

El Romanticismo y el Simbolismo
A la sensibilidad romántica, solo constituida por las exigencias del corazón, el Simbolismo le agrega un análisis lúcido de la NATURALEZA HUMANA
El “mal del siglo” romántico (melancolía, soledad profunda del poeta) se transforma en tedio, hastío, spleen: una inmóvil e impotente desesperación, sentimiento que sobrepasa al Romanticismo. La naturaleza no es siempre pura y apacible, aparece la ciudad, lo artificial.

                                                                                            Las flores del Mal

“Correspondencias” es un soneto escrito por Charles Baudelaire, en el marco de “Las Flores del Mal”, su obra maestra. Charles Baudelaire fue un poeta y crítico de arte francés, parisino para ser más específico, nacido en 1821 y muerto en 1867. Coinciden todas las biografías en que llevó una vida licenciosa, bohemia, y que tuvo relación con muchos de los grandes poetas contemporáneos, como Hugo o Vigny, entre otros. Fue llamado por la crítica "poeta maldito", dado que uno de sus tópicos más recurrentes fue el Mal.

Si bien su primera edición data de 1857, después del período de decadencia del Romanticismo, es válido decir que Las Flores del Mal es una de las obras más maduras del movimiento, en donde el poeta tiene la conciencia más crítica del Romanticismo. La melancolía que se había expresado en las novelas del movimiento se transforma en angustia, el demonio que posee los corazones ahora también posee las conciencias. Baudelarie, desde lo natural, vislumbra lo sobrenatural, a través de lo múltiple, lo único, a través del transcurrir de los instantes lo eterno.

En su primera edición de 1857, de Las Flores del Mal fueron censurados 6 poemas por "ultraje a la moral pública y a las buenas costumbres". Fue obligado, junto a su editor, a pagar multas. Baudelaire comentó sobre el hecho que: "Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias." Entendiendo esta declaración, podemos decir que se corresponde con L'Albatros, poema alegórico también parte de Las Flores del Mal. En 1861 se hace una segunda edición, que si bien deja fuera a los poemas censurados, agrega 30 poemas nuevos. La versión definitiva será póstuma, de 1868, y contará con 151.

Las Flores del Mal es una obra de concepción clásica, es decir, digna de ser imitada, y que marca un modelo para las generaciones venideras, de un contenido oscuramente romántico, en que los poemas se exponen de manera ordenada, siguiendo un criterio. Las Flores del Mal no es un simple poemario, en donde los poemas están juntos por el sólo propósito de juntarlos. Tienen valor por sí mismos, pero tampoco puede ser despreciado el inmenso valor que tiene como parte de un todo integrado, que es la obra. Ésta está divida en seis secciones, siendo "Spleen e Ideal" la primera de ellas, y la más extensa, abarcando más de la mitad de la obra. Mediante el Amor y el Tedio, el Poeta llega a la "conciencia en el mal". En la segunda sección, llamada Cuadros Parisinos, compuesta de dieciocho poemas, el Poeta contempla la ciudad y sus habitantes, dejando de buscar en sí mismo para ser testigo de las calles de París; descubriendo en el exterior el problema esencial de la condición humana: el Mal. La tercera sección se llama El Vino, y está compuesta por cinco poemas y es un intento de huída a los paraísos artificiales, que no termina sino en el fracaso y el tedio. En la cuarta sección, titulada Las Flores del Mal, se aprecian doce poemas en que se constituyen los apóstoles del mal. La quinta sección, titulada Rebelión, según Thibaudet "después de haber optado por el mal el poeta opta por el jefe del mal, por el Diablo", y por su gesto más definidor, la blasfemia, la rebelión. Cuenta sólo con tres poemas. Como no podía ser de otra forma, la obra cierra con La Muerte. Una sección que cuenta con seis poemas, que son la muerte de los protagonistas (los artistas, los amantes, los pobres), y el comienzo de un viaje hacia lo "Nuevo". Precediendo a esta secciones encontramos el poema "Al Lector", que cumple la función de un prólogo, de donde la obra se apoyará para despegar en su viaje.


"En este libro atroz puse todo mi pensamiento, todo mi corazón, toda mi religión (travestida), todo mi odio." Lo que da unidad a su libro es la confesión que el autor hace de su mal, de sus esperanzas, de sus fracasos, de sus desconfianzas. En oposición a los poetas ilustres que han elegido "las provincias más floridas del dominio poético", se propone "extraer la belleza del Mal".


A través de su propia experiencia, el poeta quiso retratar la tragedia del ser humano, a menudo disfrazada de un falso pudor: "¡Hipócrita lector, mi semejante, mi hermano!". Es la tragedia del hombre doble: ángel caído y objeto de un conflicto perpetuo entre el Cielo (espiritualidad) y el Infierno (animalidad). El libro explica su composición gracias a esta dualidad: hay partes en que parece triunfar las aspiraciones hacia el Ideal y otras que hablan de caídas lamentables, fuentes de un mal moral que el poeta llama el "Spleen".



Correspondencias: Importancia de la INTUICIÓN, el “entender no entendiendo” de San Juan de la Cruz. El poeta, para Baudelaire, es un traductor, un descifrador. Correspondencias: a) unidad de la creación; b) aspecto cósmico (lo material/lo espiritual) ; c) aspecto psicológico (conciencia/inconsciencia); c) sinestesia: el tacto ve, la vista oye, el olfato escucha.
El poeta: Baudelaire es de los primeros en utilizar el vocablo “Modernidad”. El poeta advierte la singular posición del hombre en medio de la nueva civilización, de la sensación de inseguridad que se oculta tras la confianza en el progreso, de la creciente deshumanización del mundo artificial.
La misión del poeta sería la búsqueda de la pureza original, la vuelta a la totalidad de lo creado. Un esfuerzo por superar el exilio de nuestra condición humana, imperfecta, separada de su origen. Se trata del movimiento inverso a la caída, al pecado.




CHARLES BAUDELAIRE

CORRESPONDENCIAS

Naturaleza es templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada.

Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad
perfumes y colores y sones se responden.

Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes.

que la expansión poseen de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.

Traducción de Edmundo Gómez Mango -

CORRESPONDANCES

La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L'homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.

Il est des parfums frais comme des chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
- Et d'autres, corrompus, riches et triomphants,

Ayant l'expansion des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'encens,
Qui chantent les transports de l'esprit et des sens.




EL ALBATROS
Traducción de Enrique López Castellón

A menudo, por divertirse, los hombres de la tripulación
cogen albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, como indolentes compañeros de viaje,
al navío que se desliza por los abismos amargos.

Apenas les han colocado en las planchas de cubierta,
estos reyes del cielo torpes y vergonzosos,
dejan lastimosamente sus grandes alas blancas
colgando como remos en sus costados.

¡Qué torpe y débil es este alado viajero!
Hace poco tan bello, ¡qué cómico y qué feo!
Uno le provoca dándole con una pipa en el pico,
otro imita, cojeando, al abatido que volaba.

El Poeta es semejante al príncipe de las nubes
que frecuenta la tempestad y se ríe del arquero;
desterrado en el suelo en medio de los abucheos,
sus alas de gigante le impiden caminar.



L'Albatros


Souvent, pour s'amuser, les hommes d'équipage
Prennent des albatros, vastes oiseaux des mers,
Qui suivent, indolents compagnons de voyage,
Le navire glissant sur les gouffres amers.

A peine les ont-ils déposés sur les planches,
Que ces rois de l'azur, maladroits et honteux,
Laissent piteusement leurs grandes ailes blanches
Comme des avirons traîner à côté d'eux.

Ce voyageur ailé, comme il est gauche et veule!
Lui, naguère si beau, qu'il est comique et laid!
L'un agace son bec avec un brûle-gueule,
L'autre mime, en boitant, l'infirme qui volait!

Le Poète est semblable au prince des nuées
Qui hante la tempête et se rit de l'archer;
Exilé sur le sol au milieu des huées,
Ses ailes de géant l'empêchent de marcher.

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